Un editor al que no le tiembla el pulso

Miquel Salarich, dueño de la editorial Inédita, se está granjeando una peligrosa fama de dejar impagados a varios de sus colaboradores. Prestigiosos traductores, así como asesores en el proceso de edición, han tenido duras peleas con él para conseguir cobrar lo que se les debía, lo que no siempre ha sido posible, en ocasiones arguyendo que se trataba de un trabajo deficiente. Salarich, que realiza una meritoria tarea editorial y que debe afrontar, como tantas otras pequeñas editoriales, el peso de la crisis, no debería descuidar el cumplimiento de sus obligaciones con sus colaboradores, que a veces bromean diciendo: "Cualquiera se atreve a reclamarle nada a este tipo", recordando su condición de oficial del ejército israelí y que, recientemente, ha sido incluso movilizado para las ofensivas militares en el Líbano.